Martin Parr critica con humor y colores vibrantes nuestras costumbres actuales. Al ver la muestra, uno puede reconocer claramente a cuál país pertenecen. Ya que por ejemplo, las fotos que fueron tomadas en las playas de Copacabana-Rio de Janeiro, las mujeres salen con diminutas bikinis y los hombres con zungas. Además el bronceado de sus cuerpos (convengamos que el clima tropical influye) es un distintivo indiscutible. Los arcos de fútbol y las redes para jugar beach-volley también los distingue, ya que los cariocas le dan mucha trascendencia al deporte y la vida al aire libre.
Otras playas en las que Parr pone su ojo voyeurista son las de Chile. Observé que los chilenos son más recatados a la hora de enfundarse en sus trajes de baño. Tienen un espíritu más familiero, y el ir a la playa para ellos es todo un acontecimiento.
Al ver las playas de Uruguay, sinceramente me costó adivinarlas. Quizás uno tiene el prejuicio de que en Punta del Este la gente no toma mate ni come, ni tiene una postura tan despreocupada y que sólo les importa el look playero y las ondas del verano. Parr una vez más nos sorprende y nos dice que todas las personas cuando van a la playa sólo buscan una cosa: "distenderse". También había algunas señoras adictas al cholulaje leyendo la revista Caras. Esta revista en Uruguay por lo visto se vende mucho, gracias a la globalización de la información, la cual permite que uno estando en otro sitio se sienta como en su casa.
Por último, y no menos importante señoras y señores: nuestras playas!!!...claramente identificables por: - la mugre, los perros que siempre se ganan el protagonismo, el banana tarjetero nunca falta, las señoras con el mate y sus facturas y muchísimas cosas que Parr prefiere obviar e ir directamente a lo principal de cada cultura.
A modo de síntesis, la muestra de Parr me pareció ingeniosa ya que, opta por una opción desdramatizada el abordaje de la cultura de los principales países latinoamericanos. A Parr lo adopté como el mayor maestro de la fotografía urbana. Tiene un gran poder de experimentación y de fotografía de calle, y aún cree que el observar es capaz de superar megapixeles y photoshops. Hay espacio para todo el mundo gente, lo importante es tener el diferencial.
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